sábado, 21 de julio de 2012

Quiero recoger tu cuerpo



Hoy quiero bajar a la calle
para convertirme en adoquín: en tu adoquín.
 
Y que me pise un tiempo nuevo:
el tuyo, el mío, el de todos,
entre los charcos de una tarde carcomida por la ira.

Y perderme entre un latido de muerte
robándole la voz a tanta gente
que aún no acepta traicionar a la esperanza
para que sobreviva la burbuja de unos pocos.

Por eso, si te arrolla la soledad del tanque,
recogeré tu cuerpo con ternura
y buscaré limpiarte entre las grietas de la noche
ante la obstinación de tanta conciencia rota.

Pero, por de pronto, déjame acudir a la penumbra del silencio
con la garganta propicia al desencanto
ante tanta mentira liberada entre la vida
justificando la sangre que nunca acallará mi palabra.

martes, 15 de mayo de 2012

Cenizas de recuerdos

Aquí os dejo el olvido, bajo un manto de cenizas de recuerdos...

martes, 8 de mayo de 2012

jueves, 3 de mayo de 2012

La niña que doblaba calcetines

El pueblo de nuestra infancia, es algo que solamente los viajeros más aventureros pueden imaginar sin necesidad de mapa.  Otra cosa bien distinta, sería si nos estuviésemos refiriendo aquí a aquel pueblo que probablemente sólo habita en la imaginación de las niñas sin calcetines. Como podrán suponer, me estoy refiriendo al siempre presente pero al mismo tiempo tan poco conocido como el pueblo de los descalzos.  Pongamos las cosas en su sitio- tiempo habrá para sacarlas de él y digamos para empezar- y dejándonos ya de fronteras y de territorios-, que las niñas sin calcetines, son un lujo para las madres modernas. No se pueden imaginar ustedes la cantidad de lavadoras, de agua, y de luz, que sus progenitores ahorran cada vez que deben hacer la colada. Como contrapartida, las niñas sin calcetines, tienen los pies duros, llenos de hongos- de todo tipo-, y, si la desgracia se cruza en el camino, más de una acabará perdiendo las uñas por el choque de una roca.

Las niñas sin calcetines sueñan con lo que no tienen. Son niñas que apenas han sentido el tacto de una mano, el roce de la tela, el calor del algodón.  Y, pese a que nosotros pensemos que sus sueños van en la misma dirección que lo que les falta, sólo desean una cosa: encontrar un príncipe lo suficientemente natural y limpio como para que no destiña- ni él, ni sus calcetines, ni las ilusiones que las mantienen con vida.

domingo, 8 de abril de 2012

"Me enamoré de la luna" se presenta en la Biblioteca de Bellvitge de L'H

PRESENTACIÓN DEL LIBRO.

Me enamoré de la Luna de Juan Morales Alcúdia.
Fecha: 18/04/2012
Tenemos el placer de invitaros a la presentación de este libro donde, a través de relatos cortos, se habla del proceso del enamoramiento al desenamoramiento según las diferentes fases lunares: un recorrido por el amor psicológico.

Miércoles, 18 de Abril a las 19 horas
Salal Chillout
Biblioteca Bellvitge